Japón y Aikido
Autor: Erick Huerta Velázquez
Octubre 2023
Vuelvo luego de tres semanas de estar en Japón, dos semanas de vacaciones y una de trabajo. Como practicante de Aikido, uno no piensa en un viaje a Japón sin que incluya la visita al Tendokan y si coincide con un seminario mucho mejor, de hecho, para muchos de nosotros, esa es la principal razón para visitar Japón.
Aunque esta es la tercera vez que estoy en ese país, esta visita ha sido especial, primero; por su duración y segundo, por haberla compartido con mi esposa que es muy observadora, como buena escritora de viajes.
Digo que fue muy especial, porque, al adentrarme un poco más en la cultura japonesa pude ver cómo operan en el Aikido varios principios que la rigen y que a través de este artículo quiero compartirles:
Respeto.
La cultura nipona está basada en el respeto, en la consideración al otro y a la comunidad de la que forma parte.
No es una cultura de derechos como las sajonas o las europeas, en donde reclamo mi derecho individual y mi obligación está en no estorbar el ejercicio de los derechos individuales de los demás. Aquí, lo que priva es la consideración a los otros, por eso los japoneses son tan amables y serviciales; pero por ello también están establecidas muchas reglas basadas en dicha consideración, como por ejemplo, no hablar por celular cuando vas en el metro, mantener tu dispositivo en silencio en el vagón o no comer mientras caminas para evitar alguna afectación a las personas a tu alrededor, pero también está el saludo cuando entras a un lugar, el agradecer todo el tiempo.
En el Aikido esto puede verse en las distintas normas de etiqueta que se guardan en el dōjō, desde la puntualidad, la limpieza, el saludo al entrar y salir, al iniciar y terminar la práctica de un ejercicio, está también en portar lo necesario como una toalla para secarte el sudor, cosas que parecen mínimas, pero que guardan una importancia central en la práctica, un constante tener presente que formas parte de una comunidad y que tu comportamiento le afecta y la construye.
Estar Presente.
El respecto significa estar presente, no puede haber respeto si no eres consiente del aquí y del ahora, del lugar en que te encuentras y de las personas que te rodean, entender así, tu sitio en ese tiempo y espacio y por consiguiente, la conducta que debes tomar.
En una de las cenas en Izu durante el seminario de Aikido, Shimitzu Sensei, tomó la palabra para hacernos un comentario, el silencio fue inmediato, los presentes dejaron de comer y se detuvieron a escuchar, en otras culturas este silencio y atención hubiera tomado más tiempo y siempre hay algunos que aún atentos siguen con lo que están haciendo, sobre todo en estos tiempos en
que el teléfono celular ocupa nuestra atención la mayor parte del tiempo, alguien nos habla y en vez de mirarlo, seguimos con la pantalla, de hecho, durante las cenas que compartí con el grupo y mirando a los grupos de amigos en los restaurantes, nunca vi, como en otras partes, gente distraída con el celular, la mayoría estaban en lo que tenían que estar.
Estar presente, es quizás el elemento central del Aikido, en él, uke y nague se unen a una sola fuerza, para ello, primero, debes atender a la fuerza que lleva el ataque del contrario, no puedes moverte solo, debes moverte con él, unirte a su fuerza para incorporar ambas a la fuerza del universo, ello hace necesario comprender el lugar que te corresponde en ese ciclo, lo que solo puedes lograr si tu mente y tu cuerpo están ahí, olvidados de todo lo demás.
Por esta razón tal vez aquellos movimientos que parecen sencillos a simple vista, son los más difíciles, porque son los más profundos y la base de todos, saltos y caídas espectaculares pueden ser más fáciles que un irimi tenkan (giro y avance) ejecutado adecuadamente, en donde la fuerza no te hace girar, sino tu correspondencia al movimiento.
Diversidad.
Los japoneses tienen un gran aprecio por la diversidad y la especialidad, por ejemplo, hay miles de pequeños restaurantes todos distintos entre sí. Al visitar los mercados, también se ve una gran variedad de productos y formas de trabajar el mismo producto, de hecho, aún para alguien de un país megadiverso como es México, es sorprendente la gran variedad de platillos y formas de preparación en la comida.
Cada persona que practica Aikido, lo hace de una manera particular, aunque ejecute los mismos movimientos, su cuerpo, edad, mente, son distintos y por tanto, la forma de moverse lo es también, nage no se mueve solo, se mueve con el otro y por consiguiente se mueve distinto al atender a esa diversidad.
Los Detalles y la Belleza.
Sin duda una de las cosas que resalta en los primeros días de visita a Japón, es el cuidado que ponen en los detalles, en lo importante que es la belleza, a veces sorprende el cuidado que guardan en envolver un producto sencillo, compré un cepillito de dientes para mi perro y quedó envuelto tan bonito como si se lo fuera a dar a una novia.
A cada cosa, le corresponde un lugar, no sobra ni falta nada, pero además debe verse bien. Abrir un bento box (caja de comida para llevar) es una mezcla de sorpresa, alegría y admiración, la forma en que está envuelta, como están acomodados los platillos… hasta da pena comérsela y desarreglar el cuadro.
Cuidar cada detalle de la práctica de Aikido, desde la forma en que vistes tu uniforme y lo doblas al terminar la práctica, hasta los movimientos que ejecutas, son parte de este cuidado que además debe ser estético. La postura, un lance causado por una llave, ha tener la misma fluidez con que una buena caligrafía se escribe, esto es especialmente observable en Tendoryu, mirar la práctica permite ver la belleza de los movimientos.
Familia.
Por último, participar en el seminario en Kannon Onsen me permitió ver esa gran familia que es Tendoryu, una casa que cuida que quienes somos parte de esta escuela, nos encontremos, nos conozcamos y formemos comunidad.
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