Las conexiones en el Aikido
Parte I. La introspección
El Aikido ofrece posibilidades infinitas, una de ellas es ese momento en donde se fluye con sinceridad a partir de la energía del otro, ese punto de conexión con o sin armonía que muchas veces nos deja ver la relación con nosotros mismos y con quienes nos rodean, que tanta rigidez, resistencia, presión, abandono, crecimiento o apertura estamos ofreciendo a nuestra mente, cuerpo y a las relaciones con quienes nos rodean.
Desde la práctica con introspección podemos reflexionar con atención en cómo desarrollamos nuestras técnicas, en cómo mejorarlas y crecer durante el proceso hacia dentro y hacia afuera, imaginemos un árbol que echa raíces cada vez más profundas y extensas que se conectan con las raíces de los demás árboles y logran comunicarse y fortalecerse entre sí, una red de conexiones que crece hacia adentro y se expande a partir de nuestra capacidad de poder conectar sinceramente con las demás personas y nosotros mismos.

@yukoart
En este sentido, cada persona es valiosa toda vez que aporta significado y crecimiento en nuestro proceso, la capacidad para conectar con sinceridad se convierte en una clave importante, conectar con el otro, un otro diverso y lleno de conexiones como también lo es la vida misma y el universo, pensemos que si nos quedamos practicando de la misma manera, si escogemos a los mismos compañeros o compañeras, el mejor uke, estamos dejando atrás la oportunidad de recibir la riqueza misma que ofrece en sus conexiones el aikido.
En una ocasión al intentar explicar una técnica y hablar sobre este proceso de introspección durante la práctica imaginé en cómo se vería el ki desarrollándose en nuestro centro y me hizo reflexionar en que este proceso necesita de nuestra total atención, necesitamos desarrollar y visualizar una imagen de nuestro flujo de energía.
Podemos comenzar con trazar líneas, de lo que primero puede ser un bosquejo hasta convertirse con la práctica y el tiempo en el reflejo de lo que hemos construido en nuestro interior y a partir de nuestra experiencia con los demás. Imaginemos una imagen que nace, va creciendo, enriqueciéndose y desarrollándose cada vez más definida y si la volteáramos a ver, veríamos la imagen que nos representa y define cada vez con mayor claridad, reflexioné también en esa ocasión que sino ponemos atención en este proceso, podemos estar sin encontrar o desarrollar una imagen que no queremos o aspiramos de nosotros mismos. Todo esto cruzó por mi mente aquella vez, sigo reflexionando en las conexiones que nos ofrece el Aikido y en la importancia de practicar con introspección y con atención en cómo estamos conectándonos hacia adentro y hacia afuera.
Yaiza Ariana
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